El Baluarte de San Diego es una de las fortificaciones de piedra más antiguas de Manila. Actualmente, ofrece un vistazo a la historia de la ciudad, vistas de Manila y jardines llenos de veredas y fuentes. La estructura defensiva fue construida entre 1586 y 1587 por un sacerdote jesuita con conocimientos de arquitectura militar. Fue construido para soportar el fuego de la artillería y originalmente era conocido como Nuestra Señora de Guía.
Antes de aventurarte por la escalera espiral de piedra que te lleva al fuerte, lee la información que te describe parte de su historia. Es imposible caminar entre las ruinas cubiertas de musgo y helechos, aunque la pasarela con barandales a los lados es un buen lugar para observar lo que queda del antiguo fuerte. Aquí también tendrás buenas oportunidades para tomar fotos de toda la ciudad.
Admira la estructura del fuerte. Aparte de los restos de los muros, los sitios más notables son los tres grandes anillos de piedra, con varios metros de distancia entre ellos y que se conectan con pasos transversales. Se piensa que esto pudo ser la base de una torre.
El fuerte fue dañado por las fuerzas británicas en la década de 1760, dañado por un terremoto en 1862 y casi destruido por las bombas de la Segunda Guerra Mundial. Fue restaurado durante la década de 1980.
Mira los cañones sobrevivientes del fuerte y lee sus inscripciones. Una de ellas dice que el cañón fue creado en Barcelona el 25 de octubre de 1788. Observa el puesto de vigilancia que alguna vez ayudó a defender la ciudad.
Pasa un tiempo en los jardines que rodean al viejo fuerte. Camina por las veredas, haz una pausa en la fuente, siéntate en el césped y admira el viejo tractor de vapor. Los terrenos bien cuidados también son un lugar predilecto para realizar bodas. Presta atención al letrero que dice “Watch Out Flying Golf Balls” (cuidado con las pelotas de golf ), ya que el fuerte y los jardines están situados cerca de un campo de golf.
El Baluarte de San Diego está al sur de la ciudad amurallada de Intramuros, enfrente del Parque Rizal y a unos pasos de la estación Central del tren ligero. El fuerte y los jardines están abiertos todos los días y se debe pagar una cuota de admisión para entrar.