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"Llevamos a nuestra madre de viaje sorpresa por sus 60, ha sido todo un acierto. Hacía frío pero no tanto como para pasarlo mal. Las habitaciones cabañas del hotel eran monísimas y estaban siempre calentitas. El buffet era muy pequeño, pero la comida de calidad. Todo el personal del hotel era súper agradable (como todos los finlandeses que nos hemos encontrado la verdad). La ducha salía que podías cocerte unos macarrones directamente jaja así que recomiendo ponerlo siempre en la temperatura fría porque te escaldas. No se oía absolutamente ningún ruido de fuera. Ver las estrellas y las auroras desde la cama fue una absoluta maravilla. Tuvimos suerte la última noche de poder ver las auroras con más intensidad. En Saariselkä (al que llegas andando en 10 minutos) hay muchas rutas de trekking súper bonitas. Y hay un bosque detrás de la zona del hotel donde poder caminar también, nosotras vimos un alce precioso a lo lejos. Para ponerle una pega, el sofá cama que nos tocó (cabaña 21) era incomodísimo, se te clavaban todos los muelles; pero pedimos un par de nórdicos más en recepción para almohadillar y perfecto, aunque por el precio del hotel es algo que deben mejorar. Al igual que el olor de las cañarías de los baños. Por lo demás, perfecto"

"Nos gustó"