La Polinesia Francesa es una región que comprende un conjunto de islas gobernadas por Francia. Se ubica en la zona sudoriental de Polinesia y abarca cerca de 4.200 kilómetros cuadrados de tierra firme.
Prácticamente todas las islas tienen su origen en formaciones volcánicas, lo que da una gran variedad de corales. Predominan las montañas, que emergen del agua como picos en el océano, y se percibe un clima tropical estable durante todo el año, con cuantiosas precipitaciones. Entre noviembre y mayo es caluroso y húmendo, mientras que el resto del año es fresco y seco. Se estima que el promedio térmico anual es de unos 26 grados centígrados.
Tahití es la isla más conocida de la Polinesia Francesa en occidente, y allí se encuentra emplazada la capital de la región, Papeete, centro administrativo y económico. Tahití es un paso obligado para todos los viajeros que quieran conocer la cultura local, puesto que allí se encuentra el Museo de Tahití y sus islas. También se puede pasar por La Merche para comprar joyas y artesanías locales.
Bora bora es otro punto de interés en la Polinesia Francesa. Se trata de un paraíso vírgen aislado de todo tipo de arrasamiento cultural. Allí se puede disfrutar de una hermosa estadía en bungalows, con los pies sumergidos en agua cristalina.
El turismo es una de las principales actividades económicas de la región, de manera que no es difícil conseguir alojamiento en la Polinesia Francesa. Hay variedad de hoteles y hospedajes con una amplia gama de servicios para todo tipo de turistas, tanto para los que se toman vacaciones sin preocuparse por el presupuesto como para aquellos que reservan los gastos sólo a lo necesario. Expedia lo ayudará para encontrar hoteles económicos o de lujo, según su necesidad.
Existen algunas formas de ahorrar dinero al viajar por la Polinesia Francesa. Recomendamos andar en bicicleta, dado el relieve amable y el estado favorable de las calles y rutas. En muchos casos, los mismos hoteles ofrecen bicicletas sin cargo a sus huéspedes, y lo mismo sucede con los kayaks.
En este sentido y también para descubrir la auténtica comida polinesia, una de las opciones recomendadas es comer en los roulottes, pintorescos carritos de alimentos en los que se puede comer por un tercio del precio de un restaurante.