Toma el sol en los jardines del Lustgarten y observa los edificios clásicos de la Isla de los Museos. Este parque público es muy popular entre los visitantes que exploran la ciudad y los museos de los alrededores. Visita el parque en la tarde, cuando las multitudes se empiezan a dispersar, y contempla la iluminación de las grandiosas columnas en las estructuras que hay alrededor.
El terreno donde está ubicado el Lustgarten solía ser un pantano que se drenó para cultivar hierbas y vegetales, para después convertirse en el “jardín de los placeres” de la realeza en el siglo XVII. Se hicieron varios cambios en el diseño durante los años, e incluso los nazis pavimentaron el lugar para utilizarlo como espacio para desfiles y marchas. Hoy en día lo encontrarás restaurado a su esplendor del siglo XIX, pues se realizó una nueva reconstrucción en la década de 1990.
Pasea por los jardines y los setos bien cuidados. Busca el enorme tazón de granito frente a la escalera del Museo Altes. Este enorme monumento fue una gran novedad cuando se construyó a principios del siglo XIX y se tuvo que transportar en un barco de río hasta su nueva ubicación. Uno de sus sobrenombres es el “supertazón de Berlín”.
Siéntate en el Lustgarten y contempla la majestuosidad de la Isla de los Museos de Berlín. El parque está rodeado por varios famosos lugares de interés de Berlín, como el Museo Altes, la Catedral de Berlín (Berliner Dom) y el río Esprea. Con tantas atracciones famosas en las cercanías, el Lustgarten es un punto de partida inicial para explorar toda la historia y la cultura de la zona. Al otro lado del Esprea se encuentra el Zeughaus, un edificio de estilo barroco donde se encuentra el Museo Histórico Alemán.
Puedes comprar comida en los camiones y en los puestos de la zona, o caminar hacia Mitte, donde hay más tiendas y restaurantes. Lustgarten está a unos 15 minutos a pie de Alexanderplatz y Hackescher Markt, y también puedes llegar fácilmente en camión. Hay muy pocas opciones de estacionamiento en los alrededores de la Isla de los Museos, así que es mejor utilizar el transporte público o, si el clima lo permite, ir en bicicleta.