Los fanáticos del beisbol lo conocen como la Casa de los Cachorros de Chicago. Se construyó en 1914 y es uno de los más antiguos y más conocidos en los EE.UU. Ha sido testigo de muchos momentos memorables de la historia del beisbol, como el famoso batazo de Babe Ruth durante la Serie Mundial en 1932. Se dice que Ruth advirtió al lanzador que mandaría la bola a las tribunas y haría un home run, y ni más ni menos así lo hizo. Ernie Banks, el legendario jugador de los Cachorros lo bautizó como "los confines de la amistad" porque los fanáticos enloquecían por su equipo y su estadio. Si tu visita es entre marzo y septiembre, la mejor recomendación es asistir a un partido y convivir con los lugareños.
En la temporada de partidos también encontrarás visitas guiadas programadas que duran aproximadamente una hora. Los días de partido, la visita guiada incluye un recorrido por el campo, la jaula de bateo y el área de las tribunas. Cuando no hay partido también se pueden visitar los vestidores de los Cachorros y de los visitantes, la cueva (zona de la banca), el área de prensa, las tribunas y el campo. Recuerda reservar con tiempo tus boletos.
El estadio es famosos porque la zona del jardín esta cubierta con hiedra y por su tablero marcador original construido en 1937. Es un marcador manual y durante los partidos se sigue usando. Desde 1934 se colocó en la entrada del estadio un singular letrero al estilo art déco, que es considerado como un monumento local. Es español dice: "Wrigley Field, la Casa de los Cachorros de Chicago".
Si no logras conseguir boletos para un partido, las terrazas y azoteas de los edificios vecinos son un lugar alternativo desde donde disfrutar el juego. Existe una lista oficial de terrazas y azoteas abiertas al público con una vista excelente del Wrigley Field (a diferencia de las casa y departamentos privados). Tienen instaladas gradas y ofrecen comida y bebidas.
El estadio se ubica a ocho kilómetros (cinco millas) al norte del distrito central. Es muy fácil llegar en transporte público.