El Zoológico y Acuario de San Antonio fue un regalo del filántropo y empresario de la ciudad, coronel George W. Brackenridge. En 1914 compró monos, osos, leones y búfalos, y los colocó en un terreno que donó a la ciudad. El zoológico ocupa casi 23 hectáreas (56 acres) de las 138 hectáreas (343 acres) del Brackenridge Park, que también cuenta con un campo de golf, un centro recreativo y sitios arqueológicos que datan del periodo colonial español y la Guerra Civil.
Hoy en día, el Zoológico de San Antonio es hogar de más de 8,500 mamíferos, reptiles, aves y seres marinos. También cuenta con uno de los programas de reproducción más exitosos del país. Fue el primer zoológico de Norteamérica donde se logró la reproducción de especies en peligro de extinción, como el rinoceronte blanco, la grulla trompetera y el flamingo del Caribe. De igual manera, más de 50 leopardos de las nieves han nacido aquí desde la década de 1970. Todos estos animales se mudan a otros zoológicos o se reintroducen en su hábitat natural.
Un buen lugar para comenzar tu visita es el Eagle Train, un paseo en tren que vale la pena pagar. Además, el boleto de admisión tiene un precio bastante razonable. Una vez que concluya el paseo, admira uno de los "Exciting Encounters". Se trata de demostraciones con varios animales que están programadas cada cierto tiempo y empiezan a media mañana. Mira cómo los cuidadores alimentan e interactúan con caimanes, elefantes, monos, hipopótamos y muchos otros animales.
El Richard Friedrich Aquarium es una de las atracciones predilectas del zoológico. Cuenta con una variedad de seres acuáticos que van desde pirañas y tortugas hasta medusas. Es un lugar excelente para que traigas a tus hijos durante un caluroso día de verano.
Mientras paseas por el zoológico, visita la sabana africana, admira la selva tropical llena de mariposas (abierta de marzo a noviembre) y alimenta loros arco iris que se posan en tus hombros. Si tienes hijos menores de cinco años, llévalos al "Kronkosky’s Tiny Tot Nature Spot". Es una zona infantil con áreas interiores y exteriores para que tus pequeñines jueguen, vean el acuario y visiten el jardín con pollitos. Seguramente a tus hijos también les fascinará la exposición de reptiles, donde podrán ver serpientes, caimanes y lagartos.
Vengan preparados para pasar todo el día en el zoológico y lleguen temprano para hacer menos filas. Hay seis opciones de comida por todo el zoológico, desde cafés que venden snacks y sándwiches, hasta restaurantes que sirven platillos calientes. También puedes traer tu propio almuerzo. Encuentren un lugar con sombrita y relájense contemplando la vida salvaje.