La histórica Zona Roja de Ámsterdam se llama De Wallen (diques), de los cuales, cuatro componen esta zona. Los turistas se sorprenden al ver que, durante el día, De Wallen se parece mucho al resto de la ciudad con sus calles empedradas, estrechas casas con techos de dos aguas y cafés acogedores. Tanto las luces rojas como las mujeres en exposición en las vitrinas solo se ven en la noche. Si te da curiosidad conocer esta zona de entretenimiento para adultos entre la Plaza Dam y el Barrio Chino, visítalo con una mente abierta.
Desde el año 1400 los marineros de todo el mundo han arribado a la Zona Roja, y hoy día la prostitución es una industria legalizada en Holanda. La política holandesa de "al legalizarlo, lo puedes hacer más seguro" también se aplica a la marihuana y al hachís, los cuales se venden en pequeñas cantidades en los cafés y bares locales.
La Zona Rosa está dominada por la iglesia del siglo XIII (Oude Kerk), uno de los edificios más antiguos de piedra de Ámsterdam. En el interior podrás ver impresionantes decoraciones. Busca la estatua de Belle en el exterior, que representa a una prostituta en una entrada con un cartel, pidiendo "que se respete a las trabajadoras del sexo en todo el mundo".
Mientras que los amsterdameses se pasean por De Wallen como si se tratara de un lugar cualquiera, la mayoría de los turistas no pueden evitar contemplar boquiabiertos las estrechas ventanas que muestran mujeres escasamente vestidas, bajo las luces rojas. Cientos de mujeres de diferentes nacionalidades tratan de vender sus servicios por medio de guiños y gestos dirigidos a los transeúntes. Las tiendas para adultos, museos del sexo y shows eróticos con luces de neón atraen a curiosos grupos de turistas, en ocasiones escondidos detrás de pequeñas risillas. Toma en cuenta que estos espectáculos no dejan nada a la imaginación.
Puedes caminar hasta la Zona Roja desde la Estación Central o la plaza Dam. La Zona Roja es un lugar bien vigilado, más seguro que otras partes de la ciudad. Aun así, puede suceder que turistas desprevenidos sean el blanco de rateros, limosneros y drogadictos. Toma en cuenta que es considerado ofensivo tomar fotografías de las ventanas con las prostitutas. Para evitar la confrontación, apunta tu cámara hacia la acción general en las calles y los edificios, en lugar de hacia personas específicas, para capturar la atmósfera.