La colina Pnyx fue el lugar donde la asamblea democrática ateniense se reunía en el siglo V. Esta pintoresca cúspide fue el lugar donde surgió la primera democracia del mundo. Siéntate en la rocosa ladera donde miles de hombres se congregaron para escuchar discursos políticos y debates relacionados con su creciente ciudad. Aquella sería la primera vez en la que todos los ciudadanos del sexo masculino en una población tuvieron una misma voz para tomar las decisiones acerca de su gobierno.
Ubicada justo al oeste de la Acrópolis, en el centro de la ciudad, la colina Pnyx está rodeada de espacios verdes, lo que la convierte en un grandioso destino para un paseo matutino o un día de campo. Es un complemento ideal para antes de visitar la Acrópolis u otros sitios arqueológicos y museos cercanos. Solo pasarás unos 15 minutos en este sitio para apreciar la importancia que tiene para las modernas democracias en todo el mundo. Podrás ver restos de la plataforma de piedra, o “bema” (que significa “paso” en griego), en donde grandes oradores como Arístides, Pericles y Demóstenes se dirigían a sus compatriotas.
La colina Pnyx tuvo humildes orígenes, como área natural con un muro de contención hacia el norte. Otro muro de contención semicircular fue agregado, además de dos conjuntos de escaleras que llevaban a la bema. También llegó a haber 500 asientos de madera para los miembros del consejo, que fueron elegidos por la Asamblea. La tercera renovación se hizo con el mismo diseño, pero más grande. La colina Pnyx podía albergar a más de 13,000 personas, aunque por lo menos 6,000 ciudadanos debían estar presentes para que se llevara a cabo una sesión. La Asamblea se reunía una vez cada nueve días para hablar sobre asuntos políticos y sociales.
La colina Pnyx está en el corazón de Atenas, a corta distancia a pie de otros sitios arqueológicos principales. La entrada es libre y el lugar está abierto desde el amanecer hasta el anochecer.